Síndrome de ojo Seco

El ojo seco es una de las patologías más frecuentes causada por una disfunción que afecta a la unidad funcional lagrimal. Ello se debe a la inestabilidad de la película lagrimal provocando síntomas de disconfort, alteración de la función visual, irritación e inflamación de la superficie ocular.

QUÉ LO PUEDE PROVOCAR

Existen ciertas enfermedades sistémicas asociadas a este síndrome como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, patologías tiroideas o el Síndrome de Sjögren. También la ingesta de ciertos fármacos sistémicos tales como los asiolíticos, antidepresivos, antipsicóticos, antiparkinsonianos, antihistamínicos y diuréticos entre otros, provocan como efectos secundarios una disminución de las secreciones exocrinas, tanto del ojo como de la boca, faringe y rinofaringe.

Otras causas que pueden alterar una buena lubricación de la córnea tienen que ver con la edad de la persona, el uso excesivo de lentes de contacto blandas, el tabaco, el uso de pantallas, la realización de parpadeos incompletos, el trabajar en ambientes secos o con polución o simplemente dormir poco.

SÍNTOMAS

Visión borrosa, enrojecimiento, lagrimeo, fotofobia, picor, escozor, escamas en los párpados o desechar mucosas en el punto lagrimal. Estos síntomas tienden a empeorar al final del día.

CÓMO AYUDAR A TUS OJOS

Para ayudar a disminuir las molestias de ojo seco hay al alcance ciertas medidas preventivas como el uso de gafas de sol curvas que evitan la entrada de aire y la fotofobia, el uso de humidificadores en las zonas de ambiente seco o sobre todo si se trabaja con soportes electrónicos, como tablets, ordenadores o móviles.

Es importante aumentar la frecuencia de parpadeo, lubricar con lágrimas artificiales sin conservantes, realizar una buena higiene palpebral con toallitas específicas, beber agua, tomar suplementos nutricionales como el omega 3 o utilizar las máscaras de descanso.